
¿Qué características aporta la cebada malteada a la cerveza?
La cebada malteada es uno de los ingredientes esenciales dentro del proceso cervecero, ya que aporta color, aroma, dulzor y sabor a la cerveza y en conjunto con la levadura aporta alcohol, CO2, cuerpo y textura.
La cebada es un grano que se germina y se seca a través de un proceso llamado “malteado”. Estos granos son obligados a germinar al ser remojados parcialmente en agua y aireados para evitar que muera. Así se generan las enzimas necesarias para llevar a cabo la maceración (conversión de almidón en azúcar fermentable por hidrólisis) en la cervecería. Dependiendo el estilo de malta a producir: se seca, cuece o tuesta.
Granos de cebada germinados.
Existen varios tipos de malta, pero las que se utilizan más son las llamadas “maltas base”, que son las más claras y pueden provenir del trigo, cebada o el centeno. Son horneadas poco tiempo y a temperaturas bajas, lo que les da un tono pálido.
Algunas de las maltas base son la Maris Otter, Pale Ale, Pilsen, Vienna y Múnich, estas dos últimas, horneadas durante un poco más de tiempo y a temperatura más alta, para darle un carácter distinto y un color un poco más oscuro a la cerveza.
Dependiendo de la cerveza que se quiera preparar, se eligen diferentes tipos de cebada malteada.
Como la gran mayoría de sus nombres indican, las maltas se utilizan para hacer estilos como Pale Ale, Pilsner, Vienna y Múnich, la única que se utiliza para otro tipo de estilos es la Maris Otter, que en Europa es usada para hacer IPAs, Porters y Stouts.