
La historia del Growler de Cerveza
Las botellas y latas son los recipientes que comúnmente se utilizan para almacenar cerveza, se trata de los contenedores más óptimos para hacerlo, pero hay uno que a pesar de no ser tan popular, se ha utilizado por siglos para almacenar grandes cantidades de cerveza: el Growler.
Si bien estos contenedores han cambiado tanto de forma, así como de material, los Growlers se caracterizan por tener la capacidad de almacenar más de un litro de cerveza.
Existen varias teorías acerca de cómo estos contenedores obtuvieron su nombre, una de ellas tiene que ver con el sonido que emite el dióxido de carbono al escapar una vez que se llena, mismo que se asemeja al de un gruñido, que en inglés se traduce como “growl”. Otra teoría estipula que su nombre proviene de las constantes peleas que surgían al momento de servir uno de estos contenedores en un bar, ya que el cliente se peleaba arduamente con el encargado al momento de discutir la cantidad de cerveza que le cabía.
A principios S. XX, tras la prohibición del alcohol en Estados Unidos, estos recipientes cayeron en desuso, y cuando se abolió la prohibición no fueron retomados inmediatamente, ya que otros recipientes mucho más portables, eran utilizados para transportar, almacenar y vender cerveza. No sería hasta 1989 que los growlers volverían a usarse.

Gracias a la cervecería Otto Brothers Brewery de Wyoming, que sólo ofrecía cerveza de barril, que estos grandes contenedores de cerveza volvieron a entrar en vigor. Al buscar una manera de que los visitantes de la cervecería se llevaran una cantidad menor a la de un barril, recordaron el uso de los growlers, y con ayuda del serigrafiado, empezaron a vender su cerveza en estos botellones de litro.
Desde entonces, el Growler se utiliza ocasionalmente en algunas cervecerías, e inclusive dentro de algunos establecimientos, ya que al ser de vidrio, se pueden llenar más de una vez.