
¿Cómo llega la cebada a la cerveza?
Uno de los cuatro ingredientes esenciales de la cerveza es la malta de cebada. Este grano permite que la cerveza tenga diferentes tonos , niveles distintos de alcohol y algunas variaciones en el aroma y sabor.
La cebada es un cereal que ven nacer más de 5,000 familias de agricultores alrededor de México y que recorre un proceso para llegar a la cerveza, el cual te presentamos a continuación.
Limpieza y Selección:
Después de ser recogidos por los agricultores mexicanos, se escogen los mejores granos de cebada para limpiarlos y almacenarlos. Antes de ingresar a la maltería, los granos son evaluados para conocer su estado antes de iniciar el proceso de malteo, principalmente para conocer si hay insectos, microorganismos como hongos.
Remojado:
Tanque de remojado del grano de cebada.
Una vez seleccionada, la cebada pasa a los tanques de remojo, en donde el grano es hidratado con agua a temperaturas controladas para iniciar su metabolismo. La parte fundamental de este proceso consiste en estimular el embrión del grano bajo las condiciones óptimas de temperatura y humedad para propiciar la germinación.
Germinación:
El grano se transfiere al tanque de germinación en donde se busca el brote de la plúmula y la eventual conversión del almidón contenido en el endospermo en azúcares fermentables por acción enzimática, para que así, la levadura pueda transformar el azúcar del mosto cervecero en etanol y dióxido de carbono.
Horneado, tostado o kilning:
Cuando los granos están germinados y de manera general, sus plúmulas han alcanzado el largo de un grano de cebada, entonces se secan, se tuestan, se cuecen o se hornean , dependiendo del tipo de malta que se quiera preparar. Durante este proceso se crea la tonalidad de los granos que eventualmente se transmitirá a la cerveza.
Dependiendo del tipo de malta que se quiera, se puede tostar, cocer, hornear o secar.
Los granos se colocan en pisos de secado, hornos o tostadores, en donde se detendrá su germinación, para que así las reservas de almidón y azúcares fermentables dentro de la cebada no sean consumidas por la planta en crecimiento.
Una vez terminado todo este proceso, la malta ya está lista para convertirse en cerveza.